Tras la bajante de la laguna Miramar se convirtió en un museo a cielo abierto

La bajante de la Laguna Mar Chiquita deja al descubierto tesoros que permanecían desde hace décadas bajo el agua. Recorrer la costanera junto a un guía del lugar se vuelve el gran atractivo esta temporada.

La historia de Miramar de Ansenuza está basada en misterios, resiliencia, esfuerzo, dolor, desarraigo y también esperanza. La esperanza de quienes a pesar de haberlo perdido todo siguieron creyendo, siguieron confiando, siguieron luchando hasta ganarle a la Mar.

Fueron muchos años los que tuvieron que pasar para que se realizaran las investigaciones pertinentes que permitieron determinar la cota máxima de la Laguna y ya no seguir sufriendo los embates de la naturaleza con sus "subidas y bajadas".

En el medio, muchas historias se entretejen y por muchos años quedaron sumergidas bajo el agua.
Hoy, con una bajante histórica de la Laguna, los recuerdos afloran en la piel del miramarense y para los turistas se vuelve una postal única poder caminar sobre las ruinas de aquel pasado floreciente que permaneció sepultado durante décadas.

La historiadora local, Mariana Zapata, compartió en sus redes una imagen que no se veía desde 1978: una pequeña fuente de agua que ornamentaba el Centro Termal Municipal ubicado en la calle Belgrano "al fondo, a mano derecha, cerca del tanque de agua con escaleras", detalla la profesional.

Fuente Humberto 1 al dia