Martin Maldonado cuestiona la "Canasta Básica Alimentaria", es obsoleta y poco nutritiva

Entrevista realizada por "Perfil" a Martín Maldonado, investigador del Conicet y de la Universidad Nacional de Córdoba, quien encabeza el proyecto Czekalinski que pone blanco sobre negro sobre las falencias alimentarias que tiene los componentes de la Canasta Básica Alimentaria.

Mas Secciones - Sociedad 24/02/2020 Carlos Lucero Carlos Lucero
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Martín Maldonado investigador del Conocit

Por recomendación médica, el 9 de enero dejé de consumir los alimentos de la Canasta Básica Alimentaria, porque se dispararon más allá de lo recomendable mis triglicéridos; esto puede ocurrir por grasas de carnes o, en mi caso, por harinas”, dice Martín Maldonado, el investigador del Conicet que está frente al proyecto que desde septiembre se dio a la tarea de testear los alimentos de la canasta encargada de medir en Argentina los índices de pobreza e indigencia. Maldonado fue el último en “bajarse” (al tercer mes de consumir estos alimentos, se apartaron dos voluntarias, quienes sufrieron trastornos en su salud), aunque remarca que el proyecto sigue tal como estaba previsto. El experimento se lleva a cabo durante seis meses -de septiembre a marzo-, a través de un protocolo de investigación, regulado por profesionales de la salud. “Esta primera etapa incluye tres grupos de voluntarios: el primero (tres personas) consumimos los alimentos de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), el segundo (cuatro voluntarios) consumen las Guías Alimentarias de la Población Argentina (GAPA) y un tercer grupo de dos personas de control. Los del primer grupo tuvimos que dejar debido a que tenemos médicos que nos controlan y apenas vemos un atisbo de posibilidad de daño en la salud abandonamos, pero el resto culminará en marzo. Cuando ellos terminen, empezará otro con nueve nuevos voluntarios más: tres consumirán CBA, dos se alimentarán con GAPA y cuatro serán el grupo de control”, detalla el investigador del Conicet. Si bien los voluntarios GAPA también bajaron de peso, están más que saludables (ver más abajo). “Hay dos formas de bajar de peso, una es desnutrirse y la otra es alimentarte sanamente. Yo bajé seis kilos y me estoy sintiendo muy mal. Uno de los GAPA bajó 8 kilos y se está sintiendo súper bien”, precisa Maldonado. Objetivos. Los investigadores persiguen dos objetivos, por un lado, abolir la Canasta Básica Alimentaria como parámetro principal de medición de la pobreza y la indigencia y reemplazarla por las GAPA. Y, por otro, ir hacia una medición multidimensional. Los dos propósitos repercutirán de manera directa en los números de pobreza e indigencia que arroja el Indec en sus mediciones. “Esto no le conviene a nadie porque si se aplica lo que nosotros sostenemos, van a tener que reconocer que hay muchos más pobres de los que se dice”, explica Maldonado. El investigador señala como problema central lo obsoleto de la canasta, que se basa en un listado de 58 productos alimenticios para establecer la línea que determina pobreza e indigencia: “Ellos dicen que un adulto varón de 30 a 59 años necesita 5.403 pesos (para una mujer el monto es de 4.133 pesos) y lo multiplican por una familia tipo, de cuatro personas. Así establecen la línea de indigencia (15.584 pesos). Luego multiplican por 2.5 para obtener la línea de pobreza, que para una familia es de 38.960 pesos. Es decir que el número inicial es el costo de la canasta y todo lo otro son multiplicaciones”, detalla. Con base en estos números, el Estado sostiene que una familia tipo tiene que pagar alquiler, servicios, impuestos, educación, salud, vestimenta, esparcimiento, transporte, entre otros, con 38.960 pesos. Obsoleta y poco nutritiva. El proyecto revela que la lista de alimentos además de ser obsoleta no es nutritiva porque contiene altas cantidades de papa, arroz y fideos (alimentos muy baratos) y poca -o nula- cantidad de lácteos, legumbres, frutas y verduras. Por eso buscan que se reemplace por las GAPA, que tiene consideraciones generales para la salud. “Lo que pasa es que si pusiéramos las GAPA como línea de medición de pobreza o indigencia, ambas líneas se elevarían siguiendo el costo de esta canasta y la cantidad de pobres e indigentes sería mucho más alta. Si bien no podemos aventurar un número exacto, sí sabemos que las líneas subirían”.

En otro medio radial el cientifico aclaro que el anterior gobierno no tuvo aucencia de politicas con este tema y que en esta nueva etapa fueron convocados por Desarrollo Social y que participaron de la mesa del hambre donde fueron escuchados, pero que faltan que otras áreas del gobierno se interesen por la propuesta. En cuanto al nombre del proyecto  está inspirado en una tapa de Life, la revista que en noviembre de 1951 publicó una foto de la familia Czekalinski, posando al lado de una tonelada y media de alimentos, que consumirían durante todo un año. Entre otras de las cuestiones que dejó en claro Martín Maldonado, es que el proyecto es una iniciativa de un grupo interdiciplinario de científicos interesados por el hambre.  Asegura además que no fueron apoyados económicamente por gobierno, que recibieron dineros de la empresa alimentaria Marioglo y de la pagina https://donaronline.org/proyecto-czekalinski/proyecto-czekalinksi-canasta-basica-alimentaria, creada para sustentar el proyecto.

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