Diez claves para aplicar en la economía del hogar y "pelearle" a la inflación

Son recetas que algunos hogares las tienen más incorporadas que otros y de las que viene bien echar mano en estas épocas. Una licenciada en Economía repasa cuáles son. También un docente de Finanzas refresca los instrumentos financieros más comunes en caso de tener algún margen de ahorro.

Actualidad20/09/2022Por Ramiro MuñozPor Ramiro Muñoz
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 Los altos índices de inflación implican un alza de precios de bienes y servicios que los argentinos consumen regularmente. Esto afecta principalmente al sector de los trabajadores asalariados, jubilados y cuentapropistas, quienes ven cómo su poder adquisitivo se diluye mes a mes. Ante esta situación, las economías hogareñas están desempolvando viejas recetas para llegar a fin de mes.

La licenciada en Economía (por la UBA), Iris Speroni, sostiene que con la inflación "vemos cómo los argentinos nos hemos pauperizado, porque cada vez destinamos más de nuestros ingresos a consumir". Esto se vuelve más preocupante ya que, "en particular el presupuesto se utiliza casi en su totalidad en comprar comida"., señala Speroni, quien también es máster en Finanzas (Ucema) y tiene posgrados en Agronegocios (UBA). Ante los niveles inflacionarios existentes hoy en el país, la economista considera que "lo que podemos hacer es minimizar el daño", aunque advierte que "hay pocas formas de eludirlo cuando son índices galopantes".

A continuación repasó algunas estrategias para poner en práctica por las familias:

1. Armar un presupuesto. Ya sea en Excel o en un anotador, consignar ingresos y egresos, conocer en qué se gasta para priorizar lo esencial y deshacerse de lo prescindible; es una buena práctica a iniciar. "Hacer uso del sano ejercicio del papel y lápiz. Cuando era chica enseñaban Economía Doméstica en la escuela. Eran reinas totales las amas de casa. Ahora quedó desvalorizado ese rol. De hecho la palabra 'economía' proviene de un vocablo griego que significa 'hogar', porque la creación de riqueza se hacía en las casas".

2. Cuidado con las tarjetas. "Hay que estudiar muy bien las tasas de interés, porque son muy altas. Es preferible comprar 20 dólares durante tres meses y después comprar ese electrodoméstico o producto que se necesite, al contado", explica Speroni. Y agrega que si no puede evitar su uso, estar atentos a las fechas de vencimiento de las mismas y cambiarlas a días posteriores al cobro del salario o jubilación.

3. Stockearse. Cuando se cobra, lo primero es ir al supermercado a comprar productos para todo el mes, principalmente, los no perecederos: aceite, arroz, harina. Si se pueden hacer compras al por mayor, mejor aún, porque tendrán productos para varios meses al precio de hoy. "Esto lo hacíamos en casa en épocas de la hiperinflación; hay que desempolvar esa práctica", dice Speroni.

4. "Camine, señor/señora". Estar atentos a las ofertas dentro del propio barrio y buscar precios. Si un lugar vende a granel, más barato, aprovechar esa opción.

5. Compras comunitarias. "Un hábito que se usaba en Argentina pero luego se abandonó eran las compras comunitarias, por ejemplo, los sindicatos, las cooperativas y sociedades de fomento de los barrios, adquirían productos al por mayor y luego los vendían a buen precio a los afiliados. Es una práctica que se podría reflotar hasta que pase la época crítica", aconseja Speroni.

6. Efectivo y con descuento. La licenciada de la UBA sugiere comprar en efectivo y pedir descuentos por esa forma de pago. Pide "no enamorarse de la tarjeta ni de hacer pagos con las app del celular", por fuera de lo que es la Billetera Santa Fe que devuelve dinero.

7. No recortar en alimentos. "Una recomendación que no es económica pero viene bien, es que el recorte, si no se llega a fin de mes, no tiene que ir por el lado de la comida porque nutrirse mal puede significar luego la posibilidad de enfermarse. Al final es la opción más cara por el costo de los medicamentos, más los ingresos caídos por no ir a trabajar ni cuidar a la familia. Lo principal es poder estar sanos. Se deben comer proteínas, lípidos, hidratos de carbonos y vitaminas. Huevos, que son baratos, contienen las necesidades proteicas de un adulto. Frutas de estación", indica Speroni.

8. Fuera de temporada. Es una estrategia comprar fuera de temporada. Regalos de Navidad, útiles escolares, ropa fuera de la estación en curso. Por ejemplo, ahora que termina el invierno, comprar los saldos que servirán para la próxima temporada.

9. Hágalo usted mismo. Si uno heredó la máquina de coser de la abuela, ponerse a aprender. También estar más en la cocina. "Se ahorra al cocinar uno mismo y es más nutritivo. Hacer el propio pan y galletitas. Las galletitas salen más de $ 1000 el kg compradas cuando es sólo harina, azúcar, huevo, esencia y muy poco horno. Si no tienen horno, hacer tortas fritas, bolas de fraile. Lo que sea para llenarles el estómago a los chicos con alimentos más nutritivos y sanos", dice la licenciada.

10. Para ahorrar, dólares u oro. "Si es que queda resto para ahorro, siempre es mejor comprar aunque sea 10, 15 ó 20 dólares u otra moneda extranjera por mes", aconseja Speroni.

Instrumentos financieros que sirven al ahorrista

El contador Martín Dutto, docente de Finanzas en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNL, profesor de la UBA y de la Universidad Nacional de Córdoba, y de la Maestría en Finanzas de la Universidad de Kaiserslautern de Alemania, refrescó algunas herramientas financieras que pueden servir a aquellas familias que tienen un ahorro y lo quieren resguardar de la inflación.

"Es un problema para un determinado nivel de asalariado o autónomo, porque si se quiere comprar un auto dentro de un año, tendrá que ahorrar y preservar ese ahorro de la inflación. La pregunta es siempre ¿qué hago?", dijo el contador, que tiene una maestría y un doctorado en Administración de Empresas (CEMA). En lugar de dejar los recursos ociosos en una cuenta de depósito, se puede invertir en distintos instrumentos.

Uno de los más comunes es el plazo fijo tradicional en pesos, de 30 días en adelante, que puede iniciarse en cualquier banco y tiene una tasa que lleva implícita una prima de la inflación esperada. "Justo estos días hubo una suba nueva de las tasas de interés de referencia en la economía local, que implica una nueva suba en las tasas de interés de los plazos fijos", mencionó. Y dijo que también "hay plazos fijos ajustables por CER o inflación".

Dentro de la categoría de "activos financieros de renta fija", que son las que menos riesgos conllevan para el ahorrista, además de un plazo fijo, están los bonos, que son títulos de deuda que emite el Estado o una empresa y que cotizan en el mercado. "Puedo venderlo cuando quiera, y así ganar una diferencia de precio entre la compra y la venta, además del interés. Con más razón a veces le puedo ganar a la inflación si el bono es en dólares. También se puede optar un bono ajustado por CER", describió.

Después están las categorías más riesgosas que serían los "activos financieros de renta variable", en donde los más conocidos son las acciones. "Ahí se invierte en una empresa, en una acción, y soy dueño de una partecita del capital de una empresa; obviamente las variaciones de precios de esa acción, dependerá de los resultados de las empresas. Pero si nos ponemos a pensar que las ganancias de esa empresa pueden aumentar por la inflación, también es un activo que permite cubrirse en cierta medida de la inflación", explicó Dutto.

Añadió, asimismo, que se puede invertir en los Cedears, que son instrumentos para adquirir acciones que cotizan en el exterior. "Puedo comprar acciones de Apple, Coca Cola, y eso se puede hacer en el mercado local. Y en alguna medida me estoy cubriendo de la inflación, aunque de manera imperfecta, porque la variación está en función de cómo varía no solo esa acción en el mercado internacional, sino el tipo de cambio del dólar", advirtió el docente.

 Fuente El Litoral

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