Barrio San José: Con la intención de lastimar a los perros, tiran albóndigas rellenas con clavos

Claramente los responsables de este hecho no midieron las consecuencias de sus actos y del daño que podrían ocasionar a los animales o niños.

Actualidad17 de marzo de 2020Carlos LuceroCarlos Lucero
clavos

Hace unos días, vecinos de barrio San José se encontraron con algo desagradable en la calle, una bolsa con tres albóndigas en su interior, lo curioso fue que las albóndigas estaban rellenas con clavos, seguramente para lastimar o asesinar a algún perro.

Por suerte, dos vecinas vieron a tiempo la bolsa transparente, una de ellas la levantó y para observar que contenían se puso un guante, sospechando que podrían tener veneno o vidrios entre la carne picada cruda.

Este lamentable episodio ocurrió en calle Teresa de Calcuta al 200 y la vecina M.C., quien fue la que se animó a levantar la bolsa y a realizar la denuncia correspondiente, relató lo sucedido. Vale aclarar que como hay una denuncia concreta en la policía, nos pidió no identificarla con sus datos personales. Lo importante es descubrir quién lo hizo y que no teman las personas valientes que se dirigieron a la comisaría para denunciar esto. 

“Yo llegué de la escuela el día que comenzaron las clases, me golpean las manos en casa, salgo y era una señora me dice que vio una bolsa con tres albóndigas. El que no tiene maldad no se imagina que te puede ocurrir algo así y pensé que tenía veneno para perro. Ella me señala el lugar, alzo la bolsa, busco un guante, saco fotos y las desarmo, cuando aprieto se me empiezan a clavar los clavitos en las manos. Calculo que tenían diez clavos por albóndiga. Entonces, fui de una vecina que tiene cámaras y se ven los movimientos raros de una persona”, narró con detalles M.C.

Sin intención de culpar a nadie porque no existe una prueba concreta, debido a que en las imágenes registradas por la cámara hay justo un árbol de grandes dimensiones que no permite observar con claridad la escena, pero si las personas que en esos minutos circularon por el lugar. 

La vecina contó que la carne picada con las que estaban elaboradas las albóndigas era fresca y de buena calidad, o sea, que no pasó mucho tiempo desde que la dejaron en la calle hasta que la recogieron las vecinas. 

El objetivo era claro, que un perro se acercara y las comiera. Eso le provocaría graves problemas como hemorragias internas que lo llevarían a la muerte, entre otras cosas.

Que alguien no quiera a los animales hasta tal punto de odiarlos, no concuerda con el pensamiento de la mayoría de los ciudadanos, pero existen muchos casos de envenenamiento de perros callejeros en distintos barrios de la ciudad. 

Ahora bien, ¿qué pasaba si un niño o una niña levantaban la bolsa, se ponían a jugar o se llevaban la carne a la boca? La inconsciencia llega a un punto inexplicable, porque esta persona no midió las consecuencias de su acto. 

“No se puede acusar pero hay muchas posibilidades de saber quién fue, esas albóndigas estaban llenas de clavos y un perro grande hambriento las podía tragar, lo destrozaría por dentro y sería difícil poder salvarlo. Tienen que pensar en las criaturas, mis hijos salen, juegan y no sé qué hubiera pasado. Lamentablemente, en el barrio San José hay muchísimos perros en la calle, perros que los dejan, que aparecen y no hay una responsabilidad total de los dueños con el tema de las castraciones, hoy existen anticonceptivos no tan caros y accesibles para comprar y que las perras no estén sufriendo”, explicó la vecina.

Cumpliendo con su rol de ciudadana, M.C. se acercó hasta la UR XIII de Policía para radicar la denuncia, mostrar las imágenes y contar lo sucedido. El siguiente paso es que la Fiscalía de San Cristóbal inicie un proceso de investigación, según le explicaron los policías y para eso hay que esperar y ser pacientes de cualquier tipo de resolución, si es que se cumple con la investigación y se entrevistan a los vecinos. 

“Entiendo que no le pueden gustar los animales a todo el mundo, porque no tienen la obligación de quererlos, pero tampoco pueden atentar de esa manera. Yo defiendo los animales porque me encantan y los amo, pero, no es la solución, hay criaturas en la calle, a dos cuadras hay una escuela y un centro asistencial donde permanentemente hay chicos que podrían haber agarrado la bolsa y se podría haber lastimado”.

Por el momento no apareció otra bolsa o algo similar en el barrio con la intención de lastimar a los animales, específicamente a los perros. Repudiamos este hecho y esperamos que las soluciones sean pacificas y sin dañar a los animales indefensos o a las personas. Ante otro hecho de estas características es importante denunciar, comprometerse y darle visibilidad para que dejen de ocurrir estas cosas.

“Denunciar es en beneficio para ayudar a la sociedad, que no sigan pasando estas cosas y tratar de poner un freno. Sé que es difícil combatir esa clase de maldad en la gente, pero yo elijo no mirar al costado, muchas veces vemos cosas y para evitarnos un problema nos quedamos callados y no tenemos que esperar hasta que nos toque”, concluyó la vecina ante este hecho. 

 

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