Adiós a las aulas

Porque vale la pena valorar a los que se lo merecen, entrevistamos, en nombre de todos, a algunos de los nuevos jubilados. Emoción y un dejo de melancolía acompañan estas distintas voces que por muchos años forjaron jóvenes. Ellos colgaron los guardapolvos para siempre, pero como dicen en algunas de estas notas “maestro nunca se deja de ser”.

“Estoy muy contenta por haber cumplido una etapa de mi vida, son 35 años de trabajo, que agradezco que los transcurrí siempre en el centro de educación física de San Cristóbal y quiero agradecer a mis compañeros de trabajo. Hoy con muchas ganas de seguir con mis proyectos personales, no sentí mucho el dejar de ir al trabajo por la pandemia que nos cambió la rutina”, señalaba Laura Plome una de las docentes jubiladas.

Por su parte, Alejandra Mendoza nos contaba de un nuevo emprendimiento que está comenzando y de los cientos de alumnos que pasaron por su vida en estos años de trabajo. Es otra de las docentes jubiladas y recordaba el sacrificio de su padre, trabajando en tres lugares distintos para costearle la carrera a ella como a su hermana. “Extraño un poco a los alumnos, el sistema burocrático de enseñanza nos hizo renegar mucho y eso me cansó”, finalizaba diciendo que tendría mucho más tiempo para dedicárselos a sus nietos.

Raúl Giussani, Profesor de educación física es otro de los que se retiraron.
“Fueron 37 años de trabajo, creo que di todo lo que tenía que dar, en eso tengo una gran tranquilidad”, comentó y agregó que sentía un gran agradecimiento por sus compañeros de trabajo y por los alumnos de quienes aprendió mucho la profesión de enseñar.

También, Gloria Lodi charló con nosotros y comentó que ella en principio quería ser profesora de literatura y, por circunstancias personales, vino vivir a San Cristóbal y empezó a estudiar el profesorado que se había abierto. Así descubrió la profesión que abrazó con mucho cariño durante toda la vida. “Aproximadamente 500 niños pasaron por las aulas donde trabajé”, dijo con algo de nostalgia la maestra recientemente jubilada. Además, contó que está asimilando el no tener que ir a la escuela y pensando en nuevos proyectos.

“Fui, soy y seré docente, por opción y por decisión propia”, expresó Luisa Bertero, quien reconoce que la etapa que culmina tuvo momentos muy buenos y otros no tantos. Luego, recorrió sus años jóvenes y señaló que la decisión de ser profesora de idiomas viene de la musicalidad del idioma piamontés que hablaban sus padres y de las profesoras Mastandrea y Donnet quienes le marcaron el camino para que estudie francés en la ciudad de Santa Fe. Además, Luisa estudió ingles, materia que siguió enseñando hasta su último día de trabajo.
"Si tendría que elegir, seguiría siendo docente y ahora seguiré trabajando desde otro lugar”. Por último, recomendó a los docentes que siguen en actividad que sigan luchando por sus derechos, que todo lo que se consiguió fue a fuerza de lucha y movilizaciones, y cerró la entrevista con un párrafo de una canción de Juan Carlos Baglietto: “De que vale ganar, si no ganan los que vienen detrás”.

Otra de las docentes jubiladas es Analia Abregú, quien siente haber cumplido una etapa en su vida y que está muy tranquila por haber dejado el camino libre para que otros docentes más jovenes puedan remplazarla. También, dijo sentirse feliz por haber podido trabajar en lugares donde le fue muy bien tanto en la escuela rural de El Lucero o en una ciudad como Suardi, donde siempre encontró el acompañamiento de padres y alumnos de cada lugar.