La Argentina y la necesidad de esta alegría

El triunfo de esta tarde ante Croacia, y los anteriores también, por qué no, son el fiel reflejo de una sociedad que necesita “olvidar”, aunque sea de a ratos, algunos malos momentos que nos han tocado vivir en estos últimos meses (o años), un factor que nace en lo deportivo y pasional, pero que tiene multifactores que terminan desembocando en lo social. Hasta si se quiere, una grieta saneada -hasta nuevo aviso-.

Actualidad 14/12/2022 Por Ramiro Muñoz Por Ramiro Muñoz
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Foto gentileza Daniel Rogau

Nadie puede o podrá discutir la pasión futbolera, pero dicha pasión expresa hoy una "ilusión país": se eliminan las diferencias, en una suerte de "recreo" o "respiro" ante la incertidumbre cotidiana. Una mirada psicoanalítica y sociológica de los cambios de actitud en los últimos años reivindica la necesidad de ser protagonista, a través del juego.

Más allá del tropezón ante Arabia, donde como era de esperar se hizo leña del árbol caído y se quiso tirar por tierra una seguidilla de partidos en donde la Scaloneta mostró su cartas y repertorio en todo su esplendor, durante estos casi 20 días se notó la existencia de "una sociedad hambrienta de satisfacciones”.

La atención del mundo se concentra en lo que ocurre en los estadios qataríes. Más allá del contexto sociocultural del país anfitrión y de los avatares que, en la Argentina, llevan al extremo el enfrentamiento político, incluso “la grieta” puede quedar en un segundo plano frente a la expectativa por la copa. Con la enorme figura de Maradona detrás, y la posible despedida de Lionel Messi hacia el futuro, ni siquiera una sentencia (que no está firme) de Cristina Fernández movió el “amperímetro” social fuera del mundial, le diría que pasó hasta casi desapercibido, socialmente hablando.

Las sociedades, en especial las futboleras como Argentina, buscan “ser parte” de este viaje del héroe, se ilusionan en que este héroe sea colectivo, y se las ingenian para estar, atentos y dispuestos a gritar el gol frente a una pantalla: los de River festejando a los de Boca, los de Boca celebrando lo hecho por los de River. La necesidad de tener una alegría, pero una alegría de verdad, nos llevó a estar un poco más unidos, a buscar el bien común de la sociedad. Fue la misma gente quien se encargó de poner en “su lugar” a Las Nación y a Clarín por querer meterse con Messi (como va a ser vulgar alguien que con sus pies hace semejantes poesías, vulgar es otra cosa como por ejemplo aprovechar una dictadura y hacer un pacto con Videla).

En un momento de tanto discurso de odio y enfrentamiento cotidiano, el fútbol bajo la bandera argentina nos da un respiro, el respiro que el sector político, económico y la seguridad, por ejemplo, no nos dan. Pero es solo eso, un respiro, porque después del domingo -si se gana serán unos días más-, lentamente todo irá volviendo a la normalidad, y así será, hasta el próximo mundial. Muchachoooo, ahora no volvimo´ a ilusionaaaá!.

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