Cuatro gárgolas de la distopía se apoderaron de San Cristóbal

“La Jauría de las Damas”, escrita, dirigida y actuada por Adrián Airala sorprendió a los presentes en la noche del sábado, en el Liceo Municipal, por la calidad actoral y por la impecable puesta en escena y el incómodo mensaje que deja la obra.

11/11/2019 El Departamental El Departamental
JAURIA SAN CRIS

Fernanda Aquere, productora, vestuarista, escenógrafa y maquilladora.-

“Es un espejo en donde cada uno elige como reconocerse” disparó Fernanda Aquere a modo de síntesis sobre la puesta en escena. Aquere, reconocida artista plástica sancristobalense es la productora, vestuarista, escenógrafa y maquilladora de la obra que ya tiene un importante rodaje en sus 34 presentaciones que lleva por Argentina y Colombia. El diseño sonoro y música a cargo de, Martín Margüello, la operación técnica en las manos de Ariel Gaspoz.

Nihilismo existencial y una visión de la hondura de la conducta de los hombres a través de los tiempos y de sus diferentes ideologías. Se puede percibir una mirada universal, con detalles referenciales de distintos personajes y momentos de la Argentina, como el de Arlt, Uriburo, el Peronismo, Evita, los desaparecidos, Leonardo Fabio y el Che enredados con Newton, Hamlet, Keynes, el Comunismo y obviamente el Capitalismo. En lo estético hay un maravilloso trabajo en las figuras de las cuatro gárgolas personificadas por Susana Formichelli, Marisa Ramírez y Najla Raydan y el propio Adrián Airala. Un trabajo logrado apelando a un estilo gótico, que a veces se acerca a un comic bizarro donde cuatro damas son sanguinarias, brutales, sensuales, capaces de amar hasta el naufragio y odiar hasta el absurdo. Son inteligentes, cínicas, tripolares, a veces revolucionarias, a veces retrógradas, casi siempre ridículas. No son mujeres ni hombres ni animales, no son humanas ni divinas, son sólo lo que quieren ser. Nos muestra al hombre y los caminos que recorrió durante toda su existencia donde todo está cuestionado. Pero en el desenlace final Siniestra se muestra “humanizada” y somete al resto de sus camaradas a seguir un proyecto, en el fondo, para dominar el mundo. Y otra vez volver a empezar, otra vez perseguir una utopía. Los espectadores son obligados a pensar, algunos se aferrarán nuevamente a la esperanza, otros no sabrán que hacer. -

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